miércoles, 7 de abril de 2010

Paisajes


viernes, 12 de marzo de 2010

Los árboles de la vida.
Sobre un horizonte inexistente, bajo un suelo etéreo
Raíces tan profundas como la tierra misma, ocultas entre infinitos espacios
En sus ramas sostienen el nacer de la vida, de la muerte y de la eternidad
Un motor que nunca fue comienzo, que nunca fue una cadena
Algo fuera del tiempo, una fugas eternidad que vive en su singularidad
De aquí son estos árboles que crecen y viven y se mueren y nunca están detenidos en ningún lugar. Sólo existen y se aferran a la vida como cualquiera de nosotros
Pero no sufren, son la completud del espíritu; ellos sostienen en ese espacio sus cuerpos hechos de infinito y eternidad.